Cada día la meditación abre nuevas puertas en occidente. En varios contextos en los cuales la espiritualidad había sido vista con desconfianza e incredibilidad, el concepto de “Mindfulness” ha permitido despertar una actitud receptiva hacia esta práctica antigua. Bajo un nombre más occidentalizado y validado por la ciencia, la meditación ya hace parte del menú del bienestar y la salud, se ha transformado en objeto de interés investigativo y en la clave del éxito y la productividad en el mundo empresarial. Llevar la atención a la respiración ha resultado ser un recurso de fácil acceso para reducir la hiperactividad, la ansiedad y la depresión en los centros de terapia y educación. Y para aquellos que les gustan las tendencias modernas, hacer cara a las redes sociales en postura de loto o haciendo alguna acrobacia de yoga, representa un estilo de vida cool, fitness y a la moda. Sin embargo, con el aflorar del autoconocimiento y la proliferación de técnicas de meditación, suele haber una confusión en cómo y qué practicar. Siendo una amante del arte de la consciencia y una exploradora de tradiciones antiguas, compartiré a continuación 4 pilares de diferentes saberes del mundo que son transversales a cualquier tipo de meditación que lleves a cabo y que te ayudarán a profundizar en este camino de la Presencia.
1. Mindfulness: « La consciencia del momento presente » Cualquier técnica que practiques, ya sea centrarte en la respiración, la repetición de mantras, la visualización, los cantos devocionales o una caminata consciente, tendrá como elemento esencial la atención al momento presente. Como la atención no requiere de una postura física precisa, puedes meditar en cualquier momento y lugar: mientras caminas, comes, cocinas, te bañas, asistes a una reunión o haces deporte. Este es uno de los motivos por los cuales el Mindfulness ha tenido tanta receptividad en diferentes ámbitos, siendo definido como: “La conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente en el momento presente y sin juzgar » Jon Kabat Zinn
Independiente del vehículo que utilices, del origen filosófico o del propósito que busques, la meditación te permite entrenar la mente para estar en el momento presente.
Cuando la energía de la mente deja de dispersarse y se centra en un solo punto, son múltiples los beneficios que se producen: equilibra el cuerpo, calma la mente, produce bienestar emocional y abre las puertas de la consciencia.
2. El Mahayana: « Cultivar un corazón noble" El fruto de una consciencia meditativa es una presencia transformadora. En mis viajes a los Himalayas tuve en varias ocasiones la oportunidad de estar cerca del Dalai Lama, y algo impactante sucede ante su presencia: una ola vibracional de energía se expande hasta tocar los corazones y hacer brotar lágrimas de los ojos. Este mismo sentimiento oceánico me ha sucedido frente a grandes maestros que irradian un corazón expansivo, y es que la meditación no es una práctica árida y desconectada del sentimiento. Una consciencia plena viene acompañada de un corazón caluroso y receptivo, capaz de acoger la vida con amor y expresarse en el mundo con el aroma de la compasión. Esta actitud amable comienza con la práctica de la meditación. Al observar el desfile de pensamientos y la rudeza de distracciones y emociones exaltadas que van emergiendo, puedes acogerte con delicadeza y gentileza, volviendo a llevar la atención al objeto de concentración. La meditación sana la relación contigo mismo, reemplazando la autocrítica y autoexigencia por una actitud acogedora y compasiva hacia ti mismo. Extender estas cualidades hacia la vida diaria es también una forma de meditar, haciendo de tus relaciones y de tu existencia un jardín de flores.
« Un buen corazón es la mejor religión » Dalai Lama
Cada vez que te pierdas de ti mismo, la meditacion te invita a volver a casa, a tu propio corazón.
3. El Tantrismo: “ La aceptación total de la vida” Antes de conocer personalmente a uno de mis principales maestros del Tantrismo, Daniel Odier, me marcó una historia que relataba en uno de sus libros. En ella contaba cómo después de pasar muchos meses de retiro en la naturaleza junto a su maestra Lalita Devi, experimentando un estado tántrico de totalidad y expansión existencial, se vió en la misión de regresar al pueblo más cercano y compartir con los leprosos. Visualiza esta escena en el contexto de la India, en medio de condiciones de pobreza denigrantes, en calles llenas de basuras y excrementos mezclados con el olor del incienso y el bullicio de las moscas alborotadas por el calor. En circunstancias cómo estás el Tantrismo te diría que si no eres capaz de abrazar las llagas, aceptar las imperfecciones y amar lo que te repugna, cómo entonces puedes ser la totalidad?
En “la aceptación total de la vida” no cabe una división entre lo sagrado y lo profano, lo burdo y elevado.
El tantrismo es la invitación más audaz de atrevernos a abrazar a nuestro leproso interior, conectar con nuestras partes fragmentadas, amar nuestras heridas, abrirnos a la luz y acoger lo que más nos asusta. Y es precisamente en esta profunda aceptación en la que radica la transformación, porque en el tantrismo el barro es el alimento del florecer y el veneno es el componente del néctar medicinal.
No necesitas ir a la India y compartir con los leprosos para tener esta experiencia. En el día a día, la vida te entrega cientos de posibilidades de aceptar lo que rechazas, de amar lo que evitas, de abrirte a la vida y de romper con los límites de la mente pequeña.
La meditación es la transformación de un estado limitado de contracción en el éxtasis de la totalidad. Comienza aceptándote aquí y ahora, tal como eres.
4. El Advaita Vedanta: “La desidentificación del yo" La meditación es el arte de la desidentificación y de comprender que “no eres el cuerpo, no eres la mente, no eres las emociones”. Eres Consciencia Pura. En el Advaita Vedanta el estado de meditación se resume en tres palabras: “Tu eres ESO”. Eres lo innombrable, lo impensable e ilimitado, simplemente “ESO”.
Cuando meditas aprendes a ver los pensamientos como simples pensamientos, las angustias, miedos y ansiedad, como lo que son: fenómenos que emergen y se disuelven. La práctica de la desidentificación te despoja de todo lo que no eres, la ilusión de creer que eres una personalidad, un rol, una profesión, un personaje que vive una historia particular, que tiene un cuerpo determinado y vive circunstancias afortunadas o difíciles.
Con la meditación comprendes que todo sufrimiento es un asunto del yo. Todo lo que cambia, muere o es efímero, no es lo que realmente eres. Tomemos el ejemplo de cambiar de ropa. Una camisa que usas no es lo que te define, porque si el día de mañana cambias de prenda o de color, continúas siendo tu mismo. Pero imagínate que usas una camisa y crees que eres ella, te identificas con su forma, talla y color. Esta es la ilusión de la identificación del yo. Y es lo que sucede con la personalidad, las máscaras, las identidades que has creado, las creencias, emociones y pensamientos. Estás fuertemente identificado con ellos y esta es la causa de la ignorancia y del sufrimiento. Pero si no eres todo eso, entonces quién eres? Esta es la pregunta fundamental a la que responde la experiencia directa de la Meditación. “Tras haber negado todo lo anterior, diciendo “eso no, eso no”, la consciencia que permanece, eso soy” - Ramana Maharshi
Resumen
La meditación está a la moda y se está expandiendo en diversas áreas, creando también confusión sobre cómo y qué practicar. Independiente de la técnica que practiques o de la tradición con la que simpatices, estos 4 pilares estarán presentes en tu práctica meditativa:
La meditación es el entrenamiento de la mente para estar en el momento presente
Un corazón gentil y amoroso te ayuda a cultivar una mente calma
La llave de la transformación es aceptarte a ti mismo y la vida en su totalidad.
La meditación es la desidentificación del yo, despertando la Consciencia de quién realmente eres.
Si quieres saber más sobre la diferencia entre Mindfulness y Meditación, puedes asistir al siguiente video:
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